La
Luna comienza a recogerse y a limpiarse en el signo de Tauro, para después de
unos días volver a empezar un nuevo ciclo; todo comienza a menguar y a
esconderse, vamos camino a la oscuridad, hacia nuestro ser no apalabrado para
sentirnos ahí, recrearnos, agarrar fuerzas para con un impulso volver a la luz.
En
Tauro nuestra atención personal se focaliza hacia nuestros deseos de seguridad,
de estabilidad, de permanencia y de constancia: tomarnos nuestro tiempo para la
toma de decisiones y resoluciones es importante, pero en fase menguante
necesitamos hacer como el Toro:
masticar, rumiar, procesar lentamente lo que hacemos sin apuros; disfrutar
lentamente de los que podemos oler, oír, sentir, tocar, materializar y
manifestar; es darle valor a nuestros deseos, porque no hay propósito del alma
que no tenga lugar.
La
tendencia durante estos dos días y algunas horas es a gozar y disfrutar; entregarnos a cierta
laxitud orientada hacia los placeres de los sentidos. Regálate un buen masaje,
una cena especial, un baño de espuma o cualquier actividad que estimule tus
sentidos: Come, Reza y Ama; no trates de cambiar la rutina que hasta ahora te
ha funcionado, son algunas de las influencias que se pueden percibir durante esta
energía. Agradecer por la gracia del momento, es aprender durante este tiempo a
dejar ir de la misma manera en que sabemos recibir, confiar en la conexión
profunda que le da el flujo y el ritmo de la vida, relajarse, soltar y de
verdad fluir.
Namasté.
Ast.
Madelein Méndez
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