La Luminaria en el
signo de la Balanza demanda paz y armonía; no obstante, a medida que realiza su
recorrido realiza diversos contactos disonantes, con las energías de Aries y
Capricornio, formando parte de una T Cuadrada Cardinal y detonando sus efectos implacables.
La Dama de la
Belleza se encuentra con energías en Aries y Capricornio que la ponen en tres y
dos, ya que una energía que evade regularmente los conflictos, se enfrenta inexorablemente
con Marte, Venus y Urano en la explosiva e impaciente energía ariana,en tal
sentido,consiguen alterar fácilmente la tranquilidad propia del signo de aire,
a través de la inestabilidad emocional, la irritabilidad, la impaciencia, la insatisfacción,
los cambios repentinos de humor provocando verdaderos problemas a nivel
relacional, aunado a su contacto tenso con Plutón que traerá conflictos de
control y poder al extremo.
Una configuración
cardinal, dinámica y perturbadora donde la Luna detona tensión con Venus, Marte
Urano y Plutón y éste último actúa como ápex o foco central de la formación;
podremos esperar entonces conflictos y enfrentamientos vehementes donde la
individualidad tratara a toda costa de hacerse notar, hay un rechazo por aceptar
la ayuda de los demás, y existe una clara tendencia para imponer el mando y
dificultad para ceder el poder; no obstante, es un emplazamiento que si se sabe
aprovechar es excelente para resolver situaciones críticas que requieran
acciones inmediatas y decisivas, sin embargo, Plutón como parte de esta
configuración propende siempre a una completa metamorfosis, que nos deja una
dura lección y aprendizaje.
Ast. Madelein
Méndez
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