Venus
en Virgo se encuentra en su posición de caída: el amor es austero, crítico, se
dificulta su exteriorización, sin embargo, la mejor manera de expresar este
sentimiento es a través de algún gesto práctico, del servicio desinteresado.
Si
de por sí Venus, en esta posición es tímida, reprimida, cauta, su encuentro con
Saturno en ángulo disonante, no la ayuda mucho; le dificulta aún más para entablar
algún contacto, la severidad del Dios del Tiempo se tensa con la ingenuidad y
modestia de Venus, eso sí, si en algo se llevan bien es que ambos son
calculadores y fríos. No obstante, sigue siendo un encuentro poco grato, ya que
inyecta desconfianza e inflexibilidad,
la incapacita para disfrutar los pequeños y grandes placeres.
Una
presa que si resulta tentadora para el Dios de los Mares; el hermetismo de
Venus le llama su atención, no representa algo que no sea difícil embriagar
entre sus aguas, ella se deja seducir, pero justamente esa niebla neptuniana
que la invade, hace que no pueda ver con claridad haciéndola perderse en
ideales engañosos y falsos, su facultad discriminadora característica, se
disuelve en los océanos profundos de Poseidón. Entre estas tres energías a
medida que pasan los días se forma una configuración dinámica de modalidad
mutable, cuyo ápex es Saturno en Sagitario: el espejismo, el auto engaño, el
idealismo, la evasión y la idiotez pueden ser tajantemente interrumpidas por la
hoz saturnina que exige inclementemente la disciplina mental, dispersando toda
fantasía que genere el contacto con Neptuno; es, de algún modo, la rienda que
debes utilizar para tratar de estabilizar la oposición entre Venus y Neptuno;
de esta manera, la hace pisar constantemente tierra y la obliga a ser selectiva
y objetiva a la hora de relacionarse con los demás, puede resultar más bien el
tobazo de agua fría que la conmina a ver la realidad como es.
En
general es una configuración que invita a asumir una actitud práctica y
realista para crear objetivos serios y de largo plazo en la vida; olvidarnos de
creer en cuentos de pajaritos preñados y de evadir y engañarnos con falsas
expectativas. A concentrar tu energía hacia tus objetivos sin dispersarte, ni
desconcentrarte en ellos; como quieres que sean tus relaciones?, tus vínculos?,
que debes modificar en tu manera de valorarte?, asumir las responsabilidades en
tus compromisos financieros es un imperativo, es necesario asumir nuestra
responsabilidades en nuestras acciones, disciplinarnos a través de esa pruebas
y retos cuyo objetivo final es concentrarnos en lo que queremos, no tomar el
camino más fácil, o asumir una actitud de comodidad para complacer al otro,
para engañarnos e idealizar nuestros vínculos. La clave: quererse, respetarse y
valorarse a uno mismo.
Ast.
Madelein Méndez
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