Afrodita
en los territorios del Cangrejo, es tierna, romántica y soñadora, pero como
Diosa del Amor al fin y al cabo, no se siente parte de sexo débil, y utiliza
igualmente en este emplazamiento su cinto mágico que la torna irresistiblemente
tentadora, simbolizando su apetito por la gratificación de su cuerpo. Por su
Parte el insaciable Plutón no se satisface fácilmente, tiene una especie de
pozo sin fin de ardiente deseo por ella, a través del control y la posesión. La
sombra imposible de aceptar en uno es traída por el otro.
Una
combinación explosiva, ambos planetas tienen capacidad para sentir e inspirar
pasión y generar fuerte atracción magnética, cada uno disfruta de los vividos
estímulos sensoriales; el encuentro es inminente, surge una atracción
irresistible, sexual y obsesiva entre ellos, un encuentro íntimo relevante o un
deseo poderoso de poseer a alguien y fusionar los sentimientos más profundos, que
impide de cierta manera que nos demos cuenta a quien tenemos al frente, que
quiere en realidad o que desea apoderarse en lo más profundo de nosotros; en un
abrir y cerrar de ojos, ya estás en la
telaraña enredada en una lucha de poder emocional y en su mayor parte
inconsciente, pero en realidad ves en la otra persona un aspecto reprimido de
ti mismo, y sea para bien o para mal, tendrá un efecto poderoso para cambiar a
partir de este momento, la manera en que ves la relación con los demás. El
verdadero problema aquí radica en la lucha por el dominio o una actitud
posesiva de uno o del otro, no es Plutón quien pretende nada más poseer, Venus
con sus apegos y costumbres de atesorar lo tangible en esta oportunidad, activa
sus tenazas para atrapar y manipular a través de la seducción; las tácticas
utilizadas entre ambos son subversivas y lo exteriorizan a través de los celos
y la posesividad; hay una compulsión interior para manipular y hacer que te
vuelvas emocional, sexual o financieramente dependiente del otro, o sino para
llegar al extremo de humillarte implacablemente, para luego ridiculizarte y
desdeñarte, porque tus ideas en ese momento son obsesivas, maliciosas y
taimadas cuando anhelas el control.
Durante
este encuentro, (Se hace exacto el 22 de
mayo) todas las relaciones, gustos y formas de valorar las cosas, en general,
sufrirán una gran transformación, que si eres realmente honesto y abierto al
cambio, pueden resultar increíblemente positivas. Si te empecinas en mantener
el apego compulsivo basado en la codicia o en un apetito por la seguridad, o
insistir en creer que la pareja te pertenece, el efecto aplanador será
inevitable; en su lugar, no te resistas a cooperar en purgar y dejar ir lo que
ya no tiene sentido que esté en tu vida, es un momento propicio para evaluar y
darte cuenta que en realidad lo que pretendías era moldear al otro según tus
propios esquemas, entonces tienes dos opciones: o asumes una actitud realista y
cada uno toma direcciones opuestas soltando el control, o ante la incapacidad
de aceptar los cambios la separación se convertirá en dolor y pérdida. Tú
decides.
Ast.
Madelein Méndez
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