sábado, 23 de mayo de 2015

VENUS, URANO Y PLUTÓN: NADA DURA PARA SIEMPRE…


En el cielo en esta semana, ya está formada una T Cuadrada Cardinal, donde Venus hace contactos disonantes con Plutón, y ahora se acerca a Urano en Aries, siendo éste último el punto focal de dicha configuración.

Entre Venus y Plutón hay un choque de poderes, una lucha de posesión emocional y una compulsión interior para manipular, no obstante, su contacto exacto con Urano en Aries, supone el gran despertar interior de Afrodita emplazada en el signo del Cangrejo, convirtiéndose en la doncella imposible de retener; el llamado a lo inusual, lo nuevo, no se hace esperar, pero bajo qué condiciones?, evidentemente, son ajustes emocionales no deseados por la Diva de la Belleza y uno importante entre muchos podría ser la capacidad de amar a alguien con más desapego y de manera menos posesiva. Venus simboliza las cosas que nos gustan, las cosas que nos proporcionan placer y comodidad, busca evidentemente su satisfacción sólida y tangible; por su parte Urano, no comulga con estos placeres, y tal vez por temor a no quedar absorbido y atrapado en esos deseos tan terrenales, no garantiza la seguridad a largo plazo entre estas dos energías,  no es su principal objetivo, el apego y el control no funcionan con Urano, por el contrario, sobreviene la ruptura inesperada, dejándonos como lección que nada es para siempre. El contacto de Venus con Plutón nos fuerza a dejar que las cosas se vayan, y con Urano se añade el factor sorpresa y lo imprevisto, generando una buena sacudida de nuestros valores mundanos, es la mejor manera para esta energía para hacernos caer en cuenta, el despertar de nuestra consciencia sobre el poder que tienen nuestros apegos y lo que pueden hacer los mismos con nosotros.

Con Urano como ápex de esta configuración, funciona como un catalizador de un cambio, donde la constante es la impulsividad para romper súbitamente con cualquier patrón de apego y control. La impaciencia, la excitación se hacen presente, para que Venus se lance casi precipitadamente a realizar acciones abruptas, desafíe a su opresor y de manera rebelde y temeraria deje tajantemente muy claro, el profundo desdén por todas las relaciones dizque normales; en su lugar la seduce lo no convencional, lo nuevo, lo que no la comprometa ni la ate; la malcriadez y la actitud de hacer lo que se le venga en gana, la hace caer en actitudes egocéntricas y egoístas: la individualidad y el deseo de libertad pesa más que el compromiso.

Una fuerte prueba a nivel de las relaciones y vínculos de cualquier tipo, un desafío a vencer, donde la autodisciplina y la aceptación de las limitaciones en las relaciones pueden  solventar una crisis, donde lo único previsible será los constantes cambios imprevisibles.

Ast. Madelein Méndez.




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