Cronos, el Dios del tiempo comienza a
someter a estrictos y rigurosos exámenes a todas las energías que se encuentran
en el Signo del Alacrán. En esta ocasión lo hace con Venus, después lo hará con
el Sol y finalmente con Mercurio. Días en donde el Escorpión ya siente muy
fuerte el jalón de orejas.
Circe, la mujer oscura, irresistible,
fiel representante de la diosa escorpiana se encuentra en conjunción con el
Señor del Karma. La pasión y lujuria arácnida es controlada y atenuada por
razones prácticas. Saturno le hace reconsiderar a Venus el sentido que tienen
las relaciones personales o profesionales, dándole sobriedad y seriedad, lo que
impide que Venus aún en exilio, exprese abiertamente su amor, su deseo de
poseer; no obstante, la fidelidad y la persistencia consiguen a un compañero
maduro y sobrio que representa y combina muy bien esas cualidades. Es un
encuentro que definitivamente no facilita el amor y puede simbolizar un momento
sombrío en el que se reflexiona sobre la importancia que tiene alguna relación,
cuestionas si eres feliz o no con la persona que tienes al lado, y la sequedad
que transmite Saturno te permite hasta tener la frialdad para despedirte de esa
persona ya sea temporal o permanentemente para analizar si verdaderamente
perdurará en el tiempo. Hay tendencia a reprimir todos los sentimientos, pero
si es un vínculo con bases sólidas, seguramente lo que menos faltará será la
lealtad, la responsabilidad y la madurez.
Si se trata de asuntos económicos, este
encuentro es más digerible, ya que te hace ser más práctico y realista, y ante
cualquier problema de este tipo, te impulsa para resolverlo de manera
eficiente, planificando cuidadosamente el modo de superar y romper los
obstáculos que evitan tu tranquilidad interna.
El amor y el deber, lo erótico y asceta,
la alegría y la seriedad son combinaciones que, bien llevadas y asimiladas son señales que aseveran que el amor y el respeto también
pueden florecer y reinar en el más frío y solitario desierto. Madelein Méndez-
Astromadesoterica
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