El
ingreso de la Luna a su domicilio natural, sustenta el florecimiento de la
naturaleza emocional, la disposición a
abrir el yo interior y la confianza en la sabiduría de los poderes inconscientes;
en Cáncer nuestras reacciones son instintivas basadas en impulsos inconscientes;
ahora imaginen tener conocimiento de esto, aprender a reconocernos a través de
los ciclos lunares, ya que las emociones son como olas: inevitables, vienen y
van, grandes, fuertes, suaves…. pero vienen y si aprendemos a surfearlas, a
tener esa práctica diaria de saber reconocer porque y de donde vienen, se
convierte en algo maravilloso porque las recibimos, las honramos, nos montamos
en ella, y fluimos con intención en su movimiento y que nos lleve a dónde
queremos ir.
En
Cáncer, la energía es gentil, tierna, afectuosa, divertida, pero también muy
sensible y vulnerable, predomina una fuerte necesidad de atención, amor y sobre
todo genera una gran demanda de constante seguridad.
Saber
dónde estamos, reconocer y validar nuestras emociones, hacernos conscientes de cómo
nos estamos moviendo internamente nos da la posibilidad de actuar a consciencia
en consecuencia. Es cambiar la reacción instintiva por la reacción proactiva y
eso significa ser los autores de nuestro propio andar. No hay fuerza oculta que
nos gobierne, nosotros somos la fuerza interna que se gobierna a sí misma,
siendo consciencia, siendo poder.
Nuestras
necesidades emocionales son diversas, cada uno tiene las suyas y eso es
perfecto, la clave está en que puedas reconocer esa manera particular tuya de
sentirte; no hay mejor sensación que la claridad y la aceptación interna, vivir
la vida con verdad usando al máximo el poder y el talento de tu motor
emocional.
Ast.
Madelein Méndez.
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Excelente
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